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Nos mean y la prensa dice que llueve: conflictos sociales y medios de comunicación


El vergonzoso papel de la prensa nacional cuyas líneas editoriales son controladas por el poder económico no puede originar otro sentimiento más que la indignación. Están más preocupados en informar lo perjudicial que es para las empresas trasnacionales los impactos en pérdidas de sus ganancias, y minimizan problemas tan arraigados: décadas de convivencia con la actividad minera no ha reflejado crecimiento económico ni social para las comunidades1.
INEI acaba de publicar los últimos resultados de pobreza en el Perú, en dónde se ubica a Cajamarca en el grupo de regiones que encabezan los más altos índices de pobreza2. Es que no se puede tapar el sol con un dedo, y mientras los medios nos siguen desinformando y mintiendo a diestra y siniestra, está ahí una verdad que se grita muy a menudo en las calles: “hay oro, hay cobre y el pueblo sigue pobre”.
No solo se trata de buscar argumentos que justifiquen la indignación social frente a la injusticia histórica de comunidades olvidadas por el centralismo limeño, por las continuas mentiras electorales y por la indiferencia de una sociedad cada vez más individualista, egoísta y deshumanizada.
No es como dicen los medios o como pregona Valdés y compañía, que las comunidades se han “puesto de acuerdo”, que todo se ha orquestado para desestabilizar, que hay una mano negra que está en contra del desarrollo. Lo que está pasando, es que estamos asistiendo a un levantamiento social que responde a promesas incumplidas de un otrora candidato; hoy presidente, que en lugar de gran transformación lo que les ha dado es gran desilusión. Que ahora no solo ha traicionado al pueblo e incumplido sus promesas electorales; sino que, siguiendo los nefastos métodos practicados durante la dictadura fujimontesinista –característica común de dictaduras militares- reemplaza el diálogo por la fuerza bruta.
Nos indignan los calificativos que se usan en los medios de prensa, algunos con cargadas dosis de racismo e intransigencia. Aquellos a los que llaman violentistas, revoltosos, turba de ignorantes, indios tercos, etc.  No sólo están defendiendo las tierras que ancestralmente les pertenecen, sino también lo que es vital para la existencia de la especie humana: el agua.
Pero nadie reconoce la sabiduría de esta lucha, que por encima de todo pone la defensa de la vida. Todos hablan del desarrollo económico, y nadie se pregunta por el medio ambiente, por los impactos en la agricultura o ganadería ¿acaso comeremos oro y tomaremos agua contaminada?
Terrorismo de Estado
“El terrorismo de Estado consiste en la utilización de métodos ilegítimos por parte de un gobierno orientados a inducir el miedo o terror en la población civil para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos3.
No podemos entender de otra forma la respuesta del gobierno frente a los conflictos sociales. La Defensoría del Pueblo, institución que realiza minuciosos seguimientos a los conflictos sociales a nivel nacional estuvo alertando desde hace varios meses sobre el riesgo que se veía venir en algunas regiones4. Lejos de apostar por el diálogo, preocupa la peligrosa práctica de la prepotencia, las botas y las balas. En Cajamarca, ya han transcurrido más de 05 meses desde que se inició el conflicto contra el Proyecto minero Conga; en Espinar, llevaban 11 días de huelga indefinida y ante la indiferencia del Estado la protesta se desbordó ocasionando la pérdida de dos vidas y decenas de heridos. Estamos asistiendo a una práctica recurrente que niega cualquier espacio al diálogo.
Celendín es un pueblo pacífico, ¿Cómo podrán entender los habitantes de este pueblo la militarización de su comunidad? ¿Eso demuestra alguna intención de parte del gobierno por resolver pacíficamente el problema?
Es más escandaloso lo ocurrido en Espinar, pues hemos visto en imágenes televisivas la violenta incursión policial, a patada limpia, rompiendo lunas, insultando a medio mundo para detener al alcalde Óscar Mollohuanca. Cómo no indignarse, si vimos como las mujeres de la comunidad se ponían de rodillas pidiendo justicia para que la policía detenga la represión.
Luego, tenemos que escuchar a cada periodista fiel a las órdenes de sus patrones, no hacer otra cosa más que justificar la violencia, justificar al gobierno y defender los intereses de las empresas para las cuales trabajan. La ética de su labor es un concepto lejano, dormido, tal vez escondido en el algún rincón de sus conciencias.
Nadie se atreve a llamar las cosas por su nombre, pero en Espinar han asesinado a dos comuneros. Las balas matan y eso se llama terrorismo de Estado y no se puede justificar bajo ninguna circunstancia, como tampoco las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que se vienen produciendo cada vez que el gobierno enfrenta una crisis social5.
La prensa nos seguirá mintiendo, pero ¿qué haremos nosotros? Es hora de que entendamos la solidaridad como una herramienta para hacer escuchar nuestras voces, no tenemos otra cosa más que nuestras propias manos, si cada lector de este artículo ayudara con su difusión se gestaría una verdadera corriente de opinión crítica. Mejor aún, si cada persona que lea estar artículo se hace un activista, no existirá represión alguna que nos detenga.
Sal de tú teclado, organízate con nosotros, ayúdanos a escribir un pedacito de nuestra historia.

Referencias:




5.    http://derechoshumanos.pe/2012/05/conflictos-socio-ambientales-han-dejado-12-muertos-en-la-era-humala/
  
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Vídeos:
Detención del alcalde de Espinar, Óscar Mollohuanca: